¡Buenísimos días a todo el mundo! ¿Qué tal andamos? Espero que fenomenal, disfrutando de todo. Por fin os hablo del misterioso sitio en el que he estado de vacaciones, que no es ni más ni menos que LA INDIA!!! La verdad es que llevaba mucho tiempo queriendo ir (bueno mucho tiempo, teniendo en cuenta mi corta edad no puede decirse mucho, pero es verdad que siempre que había que hacer redacciones en clase sobre a qué sitio te gustaría ir yo escribía de este mágico país).
En términos generales y hablando rápido, ha sido un viaje ES PEC TA CU LAR. No hay palabras para describir todo lo que hemos visto, tanto lo bueno como lo malo, ya que no podría decirse mejor que esa famosa frase "es un país de contrastes". Es literalmente así. Es increíble entrar a ver los monumentos más bonitos que he visto nunca (el impresionante Taj Mahal que os contaré en otro post), lo limpios y cuidados que están estos; y acto seguido salir a la calle, en la misma puerta de los monumentos, y ver la suciedad en las calles, la miseria que hay, la pobreza, la basura (que forma montañas gigantes en medio de las ciudades)... Y, en medio de estos adjetivos, resalta uno: la felicidad. Porque yo nunca había visto tanta pobreza, pero tampoco alguien que fuera tan inmensamente feliz con tan poco.
*Las fotos que voy a publicar en estos posts son la mayoría hechas por nosotros, excepto alguna visión desde arriba que, como es lógico, era imposible que yo misma pudiera hacer.
Todas calles de Delhi
Creo que este viaje ha sido un ejercicio mental de reflexión y de humildad para todos los que viajábamos (ya que éramos un grupo), personas tanto mayores como más pequeños. Hoy en día somos plenamente conscientes de que estos lugares existen, incluso podemos verlos a golpe de click y conocer su historia, pero os aseguro que es muy diferente leerlo o escucharlo a encontrarte de frente con ello. Ver de lleno todo aquello de lo que nos habían hablado, y darte cuenta de que en la vida es solo cuestión de suerte (pues cualquiera de nosotros podría haber nacido allí).
Creo que todos, o por lo menos yo, nos hemos quedado un poco tocados de ver lo que hemos visto. Eran situaciones como que, al ir a cerrar la cortina de la habitación para irte a dormir, encontrarte con la imagen de cientos de niños durmiendo en el suelo, sin más apoyo que las piedras y al lado de la basura. O, otra situación, asomarte por el balcón de la piscina (que estaba en una azotea) y encontrarte con varios obreros que parecen que no han descansado en todo el día.
La sensación que te dejaba esto era como de malestar general. Yo no me sentía bien del todo al acostarme en un colchón teniendo al lado a toda esta gente que solo tiene el suelo. Es verdad que por el hecho de que tú no lo hagas no va a cambiar para ellos, pero es taaaaan injusto...
Realmente te das cuenta de lo increíblemente egoístas que somos. De cómo, cuando tenemos una cosa, en vez de apreciarla solo queremos más y más. No somos realmente conscientes del trabajo y el esfuerzo que conlleva conseguir cosas tan simples y necesarias como el agua y la comida, porque nosotros siempre hemos tenido un plato y un vaso abundantes sin tener que pasar 18 horas al sol para conseguir unos pocos céntimos. No sabemos apreciar las cosas, y no tenemos el honor de saber la felicidad enorme que te provoca el recibir una botella de agua, o un bolígrafo, o un bote de gel de un hotel. Y es una pena, porque si fuéramos una milésima parte de felices que ellos con las cosas que tenemos no cabríamos en nosotros de emoción. Nosotros tendremos muchas cosas, coches, mucha ropa, artículos de aseo, comida, sin tener que trabajarlo; pero nunca experimentaremos esa felicidad que te da el conseguirlo. Muchas veces decimos: qué suerte tenemos de vivir en España (o cualquier otro país occidentalizado), y es verdad, pero solo en cierto sentido. Tenemos suerte de tener todo, o casi, lo que queremos. Pero también somos esclavos de una sociedad consumista que no aprecia los detalles, ni las pequeñas cosas. Por eso no creo que tenga menos suerte un niño que ha nacido en la India. Porque de una manera diferente, sí, pero tienen una suerte increíble. Y cada uno está acostumbrado a lo que conoce, pero nunca está de más aprender otras culturas.
Foto de google
Dejando un lado la parte "filosófica" (pero completamente necesaria) de mi reflexión personal, con esta serie de posts pretendo acercaros un poco más a este país tan mágico y que tanto tiene que ofrecernos. Os hablaré de su cultura, su forma de vida, sus monumentos, curiosidades desde mi punto de vista personal y mi experiencia, que ha sido muy gratificante. Os digo de antemano que repetiría este viaje una y mil veces, y que seguramente vuelva. Ya forma parte de mi lista de cosas que hacer antes de morir ;)
Os digo en serio, aunque me repita más que el ajo, que creo que todos hemos reflexionado un montón, y no está nada mal. Nunca pensé que un boli bic podría hacer tanta ilusión a alguien, porque sí, esa es la palabra: ILUSIÓN. Ver las caritas de alegría , los ojos llenos de emoción y la vitalidad no solo de niños; sino de gente de todas las edades; creo que nos ha llenado de ilusión a todos los demás también. Yo, por ahora, aspiro y me encantaría ser igual de feliz.
Espero que todos vosotros seáis igual de felices. Pensad: ¿estoy sano? ¿tengo una madre y un padre que me quieran o hayan querido? ¿tengo a mis amigos cerca? ¿tengo hermanos que estén ahí para lo que sea? ¿he podido ir a la escuela y se matemáticas, lengua, inglés y otras asignaturas? ¿se leer y escribir? ¿tengo comida y agua todos los días? ¿tengo hasta el privilegio de poder tomarme un refresco, o incluso una copa? ¿tengo un trabajo? ¿tengo ropa limpia que ponerme? ¿tengo bolis y folios para escribir y pintar? ¿tengo acceso a internet para poder mirar cosas interesantes? ¿tengo un colchón en el que poder descansar cada noche? ... ¿tengo gente que va a estar en lo bueno y en lo malo?
Teniendo la mitad de estas cosas, ya tenéis más que cualquiera de ellos. No permitáis que nada no os deje ser felices, y pensar que siempre se podría estar peor, por muy mal que estemos. A sonreír, a vivir, y a dejar de quejarse; que la vida no dura nada.
Os mando besos enormes, y volveré muy muy pronto con esta serie. No se si la haré toda seguida o intercalaré otros tipos de entradas, pero creo que este gran viaje no podía quedarse solo en un post.
Nos leemos prontísimo <3
En el próximo post de India... Delhi - Samode - Jaipur