martes, 19 de julio de 2016

Mentalidad siglo XXI

¡Buenos días! ¿Qué tal va yendo esta semana?
El otro día, buceando por Facebook, encontré un texto que no quise dejar de compartir por lo real que me pareció. Y es que en esta red social siempre encuentro un montón de ideas e inspiración, pero este he decidido compartirlo tal cual estaba...

"Dices que la quieres natural, con poco maquillaje y sin provocar demasiado. Pero luego, sin darte cuenta, le has dado a 'Me gusta' a tres con la pechonalidad por las nubes y con un poco de cara en el maquillaje, y has empezado a seguir a tres más donde lo que predomina en la foto no es el paisaje precisamente.

Dices que no quieres una facilona, pero luego llamas monja a quien te dice que 'no' en la primera noche. Y dejas de llamar a esa que quiere ir despacio. Buscas sin parar a la que más enseña en la discoteca, mientras pasa la mujer de tu vida por delante de tus narices.
Quieres una mujer real, y a la vez mandas pantallazos a tus amigos de aquella que tiene mil retoques en instagram, y que no tiene nada que ver en la realidad. Te tiran más dos tetas que dos carretas, mientras otra es capaz de hacerte sonreír sin ni siquiera quitarse una prenda de ropa.
No te das cuenta, pero quieres a quien ni siquiera sabe el color de tus ojos, cuando hay quien ha contado todos tus lunares."

Esta vez lo comparto más bien como queja. Como queja a la mentalidad de las personas, tanto chicos como chicas (que también las hay, sí). Como queja a aquellos que ignoran lo que realmente es importante, lo que merece la pena. ¿Crees que un chico/a solo por el hecho de ser guapísimo/a lo tiene todo? Hemos llegado a un momento en el que la superficialidad abunda en todos lados, y no me puede dar más pena.

Lo que de verdad vale son las risas. Las carcajadas de verdad. Las miradas sinceras. Saber lo que piensa la otra persona con mirarla. Estar ahí para todo; para lo bueno, y sobre todo para lo malo. Que te cuente el peor chiste del mundo y sonrías diciendo "eres lo peor". Echar de menos. Pensar en él. Y, sobre todo, ser tan libres que podamos querer sin ningún tipo de límites.
Lo importante no tiene nada que ver con el físico. Lo importante es quién eres.

La atracción mental es mucho más fuerte que la física. De una mente no te libras ni cerrando los ojos.

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