Vida
es despertarse todas las mañanas,
con ganas de reír o llorar,
con ganas de hacer cosas o quedarte todo el día tirada en la cama,
con ganas de ver a alguien o estar solo,
pero despertarse.
Estamos vivos,
y aunque muchas veces creas que no,
es maravilloso.
Sal ahí,
ayuda,
crea,
motívate,
diviértete,
habla,
bebe,
baila,
sueña.
Y si no te apetece hacerlo hoy, hazlo mañana.
Pero hazlo.
viernes, 6 de abril de 2018
Aprender
APRENDER
YO
Hace tiempo que vengo pensando en algo, sin
saber realmente el qué. Que mi cabeza divagaba sola por sus pensamientos,
dejándome a mí a un lado sin saber qué ocurría. Y a la vez pasaban cosas. Y
luego, lo entendí.
Un día de esta semana, que aquí seguía
habiendo clase, vino mi prima pequeña a casa con una corona de purpurina que
habían hecho esa mañana. La corona estaba rota por un lado, y le pregunté por
qué. “Una amiga mía la rompió”, me dijo. Y se puso a jugar.
Más tarde iba yo conduciendo y pensando en mis
cosas cuando me paré en un semáforo en rojo. Estaba completamente absorbida por
mis comidas de tarro aleatorias que aparecen de repente. Y entonces, sin darme
cuenta de que el semáforo se puso en verde oigo “piiiiiiiiiiii” y malos
cuchicheos. Siempre he pensado que la manera en que la persona de atrás
reacciona a este tipo de situaciones dice mucho de cómo es, al igual que la
forma en la que lo hacemos de nosotros.
Con todo esto en la mañana, me acordé de una
frase de Buddha que dice “quien te enfada te domina”. Si mi prima pequeña se
pone a llorar o se enfada, o grita a su amiga, esta la habrá dominado puesto
que habrá conseguido lo que quería. Si yo en el coche bajo la ventanilla y le
hago un corte de mangas mientras salen por mi boca sapos y culebras, me habré
contagiado de lo que no me gustaba de él. Por eso decidí seguir adelante con mi
buen día, y no dejar que nadie se interpusiera en ello.
Vivimos en un mundo en el que hay muchas cosas
buenas, y muchas cosas malas. Pero lo más maravilloso es que se nos da la
oportunidad de decidir en cuales queremos enfocarnos, cuales queremos que
dirijan nuestra vida y cuales dejamos en un segundo plano.
Los demás
Aprender
no es solo cosa de uno, sino también de cómo se comportan los demás contigo. La
gente que te rodea, en sí, es aprender. Es aprender a querer, a odiar, a amar,
a respetar. Es aprender lo que es el amor más puro en unas ocasiones, en otras
sorprenderte por cómo puede llegar a ser el ser humano. Es lealtad,
indiferencia, alegría, tristeza, felicidad y sorpresa (para bien o para mal).
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